La diástasis abdominal es una afectación muy común entre las mujeres, tras uno o varios embarazos. En este articulo vamos a repasar qué es, los tratamientos como el REPA, y en qué casos necesitaremos una cirugía.
Podemos considerar la diástasis como una separación entre los rectos del abdomen superior a 2,5 cm, con daño en la línea alba, y donde detectamos una insuficiencia e incompetencia en la musculatura.
Cuando nos enfrentamos a la recuperación de una diástasis abdominal, tenemos diferentes abordajes para su tratamiento:
– Abdominoplastia: cirugía de la pared abdominal donde se retira el exceso de piel y grasa del abdomen medio e inferior; a la vez que plica, reposiciona y refuerza los músculos de la pared abdominal.
– REPA (Reparación Endoscópica PreAponeurótica): cirugía mínimamente invasiva donde a través de 3 incisiones encima del pubis se accede a la pared abdominal para realizar una sutura en los rectos abdominales.
– Fisioterapia: en los casos menos severos podemos realizar una rehabilitación abdominal para trabajar la musculatura y devolverle la funcionalidad al abdomen. Es una alternativa a la cirugía.
En caso de recurrir a una cirugía, la fisioterapia será fundamental antes y después. En el preoperatorio nos ayuda a que la musculatura llegue en el mejor estado posible, y después, favoreciendo la recuperación de los tejidos y de la musculatura.
De la mano con el Dr. Sergio Salido, en este artículo nos centraremos en hablar sobre la REPA (cirugía mínimamente invasiva). Qué pacientes son candidatas, cuáles son sus ventajas respecto a otras alternativas y qué complicaciones puede tener.
Existen dos especialidades quirúrgicas que pueden asumir la cirugía de la diástasis con garantías.
El primero es el cirujano plástico que, tradicionalmente, se ha encargado de esta patología mediante cirugía abierta. Esto quiere decir que, se realizan incisiones de mayor o menor tamaño para acceder a los músculos rectos del abdomen y volver a colocarlos en el centro del abdomen mediante una sutura.
El segundo tipo de cirujano puede que te suene menos, es el cirujano especialista en pared abdominal. Es probable que no conozcas este tipo de cirujanos. Se tratan de cirujanos generales que se han “superespecializado” en los problemas de la pared abdominal: hernias inguinales, eventraciones abdominales y también la diástasis de rectos.
Estos cirujanos se dedican en exclusiva a la cirugía de estos problemas y gracias a su formación domina la cirugía mínimamente invasiva.
Esta técnica no es apta para todo tipo de pacientes. Los mejores resultados se consiguen después de indicar la cirugía a las pacientes que cumplan varios requisitos.
Esta consiste en realizar tres pequeñas incisiones por encima del pubis. A través de dichas incisiones se expone la línea alba y las vainas de los músculos rectos. En caso de existir hernias asociadas se reparan durante la disección. Mediante técnicas de sutura endoscópica se realiza la plicatura de los músculos rectos que consiste en juntarlos de nuevo en el centro del abdomen. Se coloca una malla sobre las fascias de los músculos rectos que se fija mediante distintas técnicas. Finalmente se coloca uno o dos drenajes para eliminar el exceso de líquido producido en la zona de la cirugía los primeros días tras la cirugía.
El uso de mallas es común entre los cirujanos de pared abdominal para tratar todo tipo de hernias. La malla aportará una nueva capa de tejido al ser integrada dentro de una cicatriz que crecerá alrededor de ella. En la diástasis este nuevo tejido aporta la consistencia y fortaleza perdida y funciona como una auténtica faja interna. Además, al adherirse a los músculos rectos les impide volver a separarse estando demostrado que con su uso la posibilidad de otra nueva diástasis es menor que si solo se usa la sutura.
Sus ventajas son múltiples y múltiples trabajos científicos lo demuestran: menor dolor tras la cirugía, menores complicaciones, alta más temprana y recuperación a la vida cotidiana más rápida.
Existen muchas técnicas quirúrgicas para reparar una diástasis abdominal. Pero la más extendida y que puede ofrecer mejores resultados funcionales y estéticos con la menor agresión es el REPA.
Al ser una cirugía que se realiza entre los músculos y la piel, el riesgo de complicaciones graves es casi nulo.
El seroma es una de las mayores complicaciones que se da en el postoperatorio, que consiste en el acumulo de líquido inflamatorio bajo la piel después de una cirugía.
Para tratar los seromas es recomendable acudir al fisioterapeuta especializado para drenar y tratar de forma adecuada. En algunos casos es necesario pinchar el seroma y extraer el líquido por parte del cirujano y evitar complicaciones mayores en los tejidos
El Dr. Salido cuenta con una técnica depurada para minimizar la aparición del seroma en sus cirugías.
Después de la cirugía, la paciente permanecerá hospitalizada un día para controlar el dolor. El alta, por tanto, depende del dolor que se debe a la tensión muscular y que cede los primeros días según la musculatura contracturada.
Además, los analgésicos nos ayudarán ha hacer más tolerable las molestias postoperatorias. Se usará una faja especial durante un mes las 24 horas del día que ayudará a mantener la forma del abdomen durante el proceso de cicatrización e inclusión de la malla. También ayuda con la inflamación y la retención de líquidos. Al mes se retirará la faja y si todo evoluciona correctamente se puede asumir labores cotidianas progresivamente sin grandes esfuerzos. Completados los dos meses de la cirugía, con el visto bueno del cirujano, se podrá retomar una vida completamente normal, incluida la actividad física previa.
Rafael Vicetto, Director de Fisioterapia Vicetto recomienda desde la primera semana una pauta de fisioterapia para la completa recuperación, disminuir la inflamación, mejorar el dolor y comenzar con fortalecimiento muscular para conseguir una recuperación funcional y que la cirugía sea un éxito.